Archivo mensual: junio 2012

¡Yo también quiero!

Publicado en

 

The bagelhead consiste en lucir una protuberancia de agua salada inyectada en la piel. Esta práctica no es nueva, y está creciendo en popularidad sobre todo en Japón, en ciudades como Tokio y Osaka

Sus seguidores presionan sobre la inflamación hasta que toma una forma que satisfaga su gusto, aunque el resultado no es permanente, al día siguiente la piel vuelve a la normalidad ya que el cuerpo absorbe la solución inyectada.

The Bagelhead (“cabeza de bagel”), hace referencia a los pequeños panes de forma redonda con un agujero en el centro (bagels), cuya forma es la más utilizada por los creadores de esta nueva moda.

La revista Bizarre Magazine ya había alertado sobre esta costumbre en 2009, llamándola “inflación corporal” e indicando que era llevada adelante por un pequeño grupo de jóvenes interesados en las modificaciones corporales extremas.

Publicado por Alberto Castro. en 7/03/2011 10:23:00 PM  

Claro que sí. Así estaré guapa, guapa, guapa.

Con el verano llegan los anuncios de cevezaporelbuenrollo

Publicado en

con la llegada del buen tiempo también lo hace el típico anuncio de cerveza y he aquí a dos de las mejores marcas de este año. También quiero compararlos con otros años para ver el cambio:

 

San Miguel

Mahou

 

Estrella Damm (mis favoritos)

 

 

Uno de los peores meses de mi mundo

Publicado en

YO: ¿Algo más?

M: ¿A quién hay que matar?

YO: Al mundo, al karma, a la teoría de las reencarnaciones, a los nini, a las enfermedades, a las muertes, a los accidentes, a la memoria, a los trenes, a los ladrones, a los trámites administrativos, a Movistar, a las notarías, al tráfico, a los baños, a los espacios vacíos, a los caracteres, a las bibliotecas, a los cerdos/as, a los números menores de seis, a los relojes que regalan en las cajas de cereales, a la conexión a Internet, a las luces blancas, al paro, a las inoportunidades, a que los años tengan 12 meses, a la incertidumbre, a los troyanos, a las bicicletas, a los coches y a mí algunas veces.

El mercado y la globalización

Publicado en

8 de Ene a la 01:44

Orientar el progreso técnico hacia el interés social

Por su parte, las tesis debatidas en Porto Alegre apuntaron que “cuanto más crece esta globalización, más ganan los ricos y peor están los pobres”, de manera que “bastaría orientar el progreso técnico hacia el interés social” para organizar otra globalización y otro mundo mejor, que resulta posible, recoge el libro.

Lo que el autor condena es que la globalización sea meramente económica, “habría que globalizar también la justicia”. En este sentido, consideró que si hubiera un organismo mundial capaz de globalizar la sanidad, los países empobrecidos no morirían de Sida; y si existiera otro que globalizara la educación, no habría tasas tan elevadas de analfabetismo. Sobre estas premisas, Sampedro argumentó que “la técnica obliga a mundializar, no la economía, sino los recursos del planeta”.

El autor señaló que en los últimos años la humanidad se dirigía hacia la globalización de las opiniones, una tendencia que se vio trastocada por el 11 de septiembre “cuando Bush decidió tomar las riendas del mundo, con el beneplácito de los gobiernos occidentales, de manera que hemos retrocedido en la mundialización de los recursos para avanzar en la globalización económica”.

Sampedro destacó que la globalización, entendida como explotación, ha existido en todas las épocas, pero la novedad de la que impera en la actualidad es que introduce técnicas nuevas, Internet y los medios de comunicación, y además es posible gracias a las leyes y las instituciones. Así, “se ha impuesto la idea del pensamiento neoliberal y de la liberalización, de modo que los gobiernos han suprimido los controles a los movimientos financieros y las grandes empresas han conseguido gobernar por encima de los gobiernos, en una muestra de dejación en el que el poder político ha cedido al económico”.

En este contexto, “los ciudadanos no pueden hacer nada, porque están al margen de la toma de decisiones de las empresas”. Frente a ello, abogó porque “se mundialice la dirección y la gerencia de los recursos mundiales”. No obstante, el autor aclaró que su postura no es contraria al mercado, que a su juicio constituye “un mecanismo imprescindible de intermediación para cambiar los bienes”.

“No se trata de ser enemigo del mercado; lo que es rechazable no es una economía de mercado, sino una sociedad de mercado, que sólo admite los precios y no reconoce los valores”. “Mercantilizar la sociedad es rechazable, porque en la vida hay algo superior a lo económico: los valores”, añadió. El autor reconoció que en el mundo oriental, así como en sociedades primitivas y tradicionales, hay valores que el mercado no reconoce y que tienen mucho que enseñarnos.

El jardín olvidado

Publicado en

Muelle nebuloso 16 de Ago de 2011, a las 15:42

-Debió de sentirse muy sola.
-Sin duda, todo ese trayecto sola, para terminar en un lugar desierto.
-Y todo el tiempo después.
-¿Qué quieres decir?
Cassandra apretó los labios. ¿qué había querido decir? Le había venido a la mente como una ola. La certidumbre de la soledad. Como si en ese momento hubiera entrevisto un aspecto importante de ella que nunca antes hubiera entrevisto, un aspecto importante de ella que nunca antes hubiera conocido. O mejor dicho, como si hubiera comprendido de pronto un aspecto de ella que conocía muy bien. Su aislamiento, su independencia, su aspereza.
-Debió de sentirse muy sola cuando supo que no era quien había creído ser.
-Sí.

 

Por qué el río no se aburría y corría n dirección contraria? 16 de Ago de 2011, a las 15:48

-¿Quieres que te cuente una historia?
La había estado relatando durante años, aunque no cuando Madre podía oírla. Madre hubiera dicho que estaba alterando a Sammy con sus historias. Ella no comprendía que los niños no se asustan con los cuentos; que sus vidas están llenas de cosas mucho más terribles que las que se encuentran en los cuentos de hadas.

El verdadero valor

Publicado en

14 de Jul de 2011, a las 00:01

Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.

– Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

– ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después… Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

– E… encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.

– Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.

– Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 o 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

– ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

– Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

– ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.

– Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… Si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

– Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

So deep

Publicado en

18 de May de 2011, a las 18:47

I miss my sister. Every night, at 10:00 or so, she used to call me on the phone, and when I asked her why… She’d tell me that her body told her… She wanted to hear my voice. I miss my sister. The smell of her shampoo. The way she could always convince me to read her another book. When you love someone like I loved her, they’re a part of you. It’s like you’re attached by this invisible tether, and no matter how far away you are,nyou can always feel them. And now, every time I reach for that tether, I know there’s no one on the other end, and I feel like I’m falling into nothingness. Then I remember Jean. I remember a life led with no enemies, no resentments, no regrets… and I’m inspired… to get up out of bed and go on. I miss my sister so much. 0″It feels like a piece of me
has been ripped off. Just one more time, I want to hold her. Ten more seconds… is that too much to ask? For ten more seconds to hold her?
But I can’t and I won’t, and the only thing keeping me from being swallowed whole by sadness is that Jean would kill me if I did. So, for now, I’m just going to miss her. I love you, Jeanie. Rest in peace.

Hadas

Publicado en

¿Quieres más? 10 de Abr de 2011, a las 17:30

– Quiero más.
– Ya sé lo que es querer más.Yo inventé ese concepto.La cuestión es cuánto más.
– Quiero el cuento de hadas.

Un pequeño cambio 10 de Abr de 2011, a las 17:31

Miradnos, corriendo de un lado a otro. Siempre con prisas, siempre llegando tarde. Somos la raza humana, siempre compitiendo, aunque lo que más ansiamos en este mundo es conectar con otros. Para algunos eso ocurre a primera vista, es cuando sabes que lo sabes, es el destino destilando su magia. Y es genial para esas personas, viven como en un cuento de hadas, van directos, como cuando viajas en un tren expreso. Sin embargo, eso sólo les ocurre a unos pocos, para el resto de la humanidad vivir es menos romántico, suele ser complicado y liado, se rige por meteduras de pata y oportunidades desaprovechadas y sobretodo por no ser capaz de decir lo que necesitas decir cuando debes decirlo.

Esto va de hadas por si no lo habíais notado. 10 de Abr de 2011, a las 17:31

Cuando el primer niño rió por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos que saltaron por los aires en todas direcciones, y así fue como aparecieron las hadas. Por eso debería haber un hada para cada niño y cada niña. Aunque hoy en día los niños saben tantas cosas que dejan de creer muy pronto en las hadas, y cada vez que un niño dice «yo no creo en las hadas», en alguna parte cae muerta un hada.

Algo de Escandar

Publicado en

Con tu permiso, eres grande, nene. 19 de Ene de 2011, a las 16:05

lo suyo, o lo nuestro mejor, sería que vinieras
con el conjunto interior morado
(ese que solo te tapa lo justo pero innecesario)
a sacarle los colores a Palencia
y a mí de mis casillas.
te quitaras el abrigo largo en el hall de la entrada
y preguntaras
dónde está la cama,
el sofá
o la encimera
donde vas a dibujarme, uno a uno,
todos los sueños navideños
que he tenido entre tus piernas.

lo suyo, o lo nuestro mejor dicho, sería
que saliéramos por esta ciudad de provincias
a visitar todos y cada uno de sus bares
y sus baños
sujetando la noche en baldosas con pintadas
y tu falda sonriendole
al signo de exclamación de mis vaqueros.

lo suyo, o lo nuestro digo yo, sería
que dejáramos las apariencias
y los besitos tímidos
cenando en casa con mis padres
mientras inicio el «road to perdition»
por debajo de la mesa
y sonrío,
si ellos supieran lo que hacen sus hijos
o, mejor dicho, las pocas cosas que no hacen.

lo suyo, o lo nuestro rectifico, sería
dejar claro en el ascensor
que el amor
no es un animal que se deba tratar con delicadeza
ni la piel un arma de segunda fila
ni tú seas una puta
ni un yo un cabrón
cuando bajamos la verja
y nos reservamos el derecho de admisión.

lo suyo, o lo tuyo quería decir, es venir hirviendo
a este frío de lista de espera
mientras te digo las guerras
que no he podido vivir sin ti
porque estaba pensando en tus ojos.

ni la pornografía me consuela
ni en ninguna otra parte
hay mareas ardiendo
como las de tu coño.

tendrás que venir, porque tengo
un alma blanca apuntándote
entre las piernas
y con tanto tiempo de estar sin ti
lo reconozco
ya no sé qué cojones hacer con ella.

 

Y no me canso de ti… 19 de Ene de 2011, a las 22:51

Sonreirás con ese gesto cansado y feliz de quien ha sido libre al menos por un instante. Tu rostro de estrella fugaz. De arquitectura impensable pero no imposible.

(…)

Cuando me mires, me verás respirar desde allá abajo, sin capacidad para parpadear, asombrado de que sea posible mirar tan de cerca el mundo de lo no-humano. El mundo de lo no-material. Y sin dejar de sonreír, moviendo el abanico de las posibilidades infinitas, dándome aire, me dirás: “sube aquí arriba, hay un millón de sueños que voy a enseñarte”.

 

BLOG: http://escandar-algeet.blogspot.com.es/

VÍDEO CONOCIDO: http://www.youtube.com/watch?v=0cCLPmcVstc

La Marioneta (Johnny Welch)

Publicado en

 

 

Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más,
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen,
Despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,
dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón,
escribiría mi odio sobre hielo,
y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh
sobre las estrellas un poema de Benedetti,
y una canción de Serrat sería la serenata
que les ofrecería a la luna.

Regaría con lágrimas las rosas,
para sentir el dolor de sus espinas,
y el encarnado beso de sus pétalo…
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida…

No dejaría pasar un solo día
sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos
y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están,
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,
sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas,
pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres
He aprendido que todo el mundo quiere vivir
en la cima de la montaña,
Sin saber que la verdadera felicidad está
en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido
aprieta con su pequeño puño,
por vez primera, el dedo de su padre,
lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre
sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,
pero realmente de mucho no habrán de servir,
porque cuando me guarden dentro de esa maleta,
infelizmente me estaré muriendo.